Cosas para dar vueltas a la cabeza.

Hace muucho tiempo que estoy dándole vueltas a escribir algo más sobre los webcómics, pero no acabo de dar con un hilo conductor para el discurso… así que esto que veis son un montón de ideas sueltas más o menos relacionadas entre sí.
La gente del WEE está llevando a cabo la enésima iteración del viejo debate «¿qué es un mal tebeo?» en su foro (se puede leer sin estar registrados,echadle un ojo). No es el título del hilo, pero si os dáis cuenta es hacia dónde deriva el tema en estas cosas, SIEMPRE. Cuando declaras que un tebeo es una mierda, lo haces con respecto a un baremo, una escala más o menos personal.
Siempre he pensado que sí existe una forma de hacer «bién» un cómic, o de hacerlo «mal» a nivel estético (de la técnica hablaré luego). De hecho lo pensamos todos, y el que diga que no, miente o está por encima del reflejo humano que hace que en una fracción de segundo salte el «me gusta/no me gusta» en nuestros cerebros a la vista de algo*. Lo que ocurre es que no coincidimos, y ahí es donde empieza el lío.
¿Qué ocurre? que lo que ahora se considera mal hecho o feo se puede poner de moda dentro de un tiempo, y entonces es original, único e ingeniosísimo, además de estéticamente aceptable – y probablemente comercial-. Que los tebeos, igual que la musica, la literatura y toda una serie de cosas que conforman nuestra cultura, no se van a derrumbar si no están bién puestos los cimientos, por hacer una analogía**. Es decir, fallarán a la hora de cumplir con el objetivo de «obra realizada con determinado proceso y expectativas», claro; como cuando alguien intenta dibujar en estilo fotorrealista y no llega.
Y por supuesto, que lo que a mí me gusta no tiene porqué gustarle al vecino.
Sin embargo, a pesar de lo pro-subjetivismo que me ha quedado el párrafo anterior…
esto no significa realmente que «todo vale». Significa que según dónde estés y al público que te dirijas, valen cosas distintas. Sí, te puedes salir con la tuya mojando unas bragas en engrudo y pintándolas con spray verde si te dedicas al arte contemporáneo; pero no intentes vender eso a una señora adicta a Lladró, por mucho que le insistas en que también es escultura y que es una manifestación de tu creatividad.


Tenéis suerte de que no quiera poner la cabra en formol.

Esto, llevado al sector de los cómics en general y de los webcómics en particular, choca frontalmente con la popular premisa de «yo hago lo que me gusta y lo que me dá la gana», que sería perfectamente aceptable si no fuera porque los autores que se acogen a ella suelen ser los que luego se sorprenden y horrorizan de que su obra no tenga aceptación. Depeindejorror, que dice mi vecino de blog.
También se puede dar el caso de que uno acabe haciendo algo muy muy sectorial y no se dé cuenta. Me vienen a la cabeza algunos de los webcómics que aparecen recientemente en la web de 20minutos.es, que estaban acostumbrados a que SU público, que acudía voluntariamente a SUS páginas web respondiera favorablemente, y no sé si acaban de encajar la «avalancha de trolls» que les ha venido encima al pasar a ser expuestos en un medio más generalista con un público totalmente distinto. (Hipótesis: no son trolls, son Lectores Cabreados Aleatorios. No me extrañaría nada).
En ese caso, lo ideal sería darse cuenta de que lo que uno está haciendo tiene un público muy específico, y ser consecuente con ello. Esto no significa que haya que evitar promocionarse, sino buscar los canales adecuados para ello (mirad Cyanide&Happiness, o XKCD, que técnicamente son muy malos pero han dado con su público) … y a veces resignarse a que lo que uno está haciendo no interesa a tanta gente. Que si se hace por gusto, o para aprender, o porque es más barato que rodar cortos, pues vale; pero si lo que intentas es llegar a la gente con tus historias, igual es el momento de cambiar de estrategia.

Cyanide & Happiness @ Explosm.net

Me diréis que es por sus maravillosos fondos y su dominio de la anatomía. Pues claro que no.

Estoy esperando a que alguien diga eso de «¿cómo puede ser malo un webcómic si es popular y gusta a mucha gente?» pues sí, puede serlo. Puede estar aberrantemente mal hecho, un aborto de los infiernos más putrefactos, y ser popular. Esa no os la esperábais, seguro. ¡JA! ¡BWAHAHAHAHAHAHAHA!
Ejém. Lo que quiero decir, es que al lector en general le importa un rábano la calidad técnica. Le importa que lo que le cuentas le guste, le haga gracia, le llegue de algún modo. Si consigues eso, eres popular. Al estilo Megatokyo, Rob Liefield y Belen Esteban, pero popular, oye… está la cosa como para ser tiquismiquis.
Los que me conocen saben que soy fan de la idea de que te pueden gustar cosas técnicamente mediocres o malas y no pasa nada; me chirría cuando la gente hace la identificación bueno=me gusta, malo= no me gusta, especialmente cuando intentan hacer pasar por buenas cosas técnicamente infumables sólo porque se sienten mejor si lo que les gusta es «bueno». Y no, El Quijote no es un truño sólo porque te aburras leyéndolo (yo me aburrí, y no lo considero un mal libro. Pero no es mi tipo de libro).
Probablemente escriba más sobre el tema, pero de momento ya está bién. Hora de irse a por una cocacola o algo…
* Si estás por encima de ese reflejo, hay unos señores por aquí trajeados de negro y con gafas oscuras que quieren hablar contigo…no, ya te encontrarán, no te preocupes.
**Si esto fuera así, los cómics de Rob Liefield se desintegrarían nada más salir de imprenta y nunca le habríamos conocido. Qué suerte la nuestra, ¿verdad?

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