(Bueno, en realidad era Coca-cola normal, lo del título es una licencia poética para ir ambientando. Tampoco hice palomitas. Pero podría haberlas hecho)
Compro muy poquitos DVDs, principalmente porque hay pocas películas o series que tenga intención de ver más de una vez, y con ir al cine o esperar a que las pongan en algún canal de televisión me sobra.
Mi criterio de compra es bastante particular y errático, y como muestra de ello (o de mi enajenación mental) ahí está mi flamante copia de Dragon Wars.
Que sí, que fuí y me la compré. De verdad de la buena.
Que quede claro que soy perfectamente consciente de que es muy mala; pero necesitaba una peli que pudiera ver varias veces y que funcionase como levantador de ánimos (ver este post al respecto), función que cubre con creces. Dragon Wars tiene:
-Explosiones;
-Dragones;
-Helicópteros y tanques;
-Cobras gigantes de más de cien metros;
-Fallos graves de raccord;
-Cantidades industriales de momentos cómicos, la mayoría no intencionados;
– A Jack Malloy haciendo de ministro de Defensa.
Porque encima, es una película coreana rodada al estilo «vámonos pá Hollywood» ,con actores norteamericanos y con la acción situada en Los Angeles, con lo cual doy por muy bién invertidos los nueve (!) euros que me costó, a cuenta de las risas habidas y por haber (como por ejemplo el Mordor instantáneo. Casi al final de la película, el malo se lleva a la chica a Mordor. No es broma, se ve que está ahí en Los Angeles o algo. Queda la mar de vistoso, pero luego para volver no hay parada de autobús y es un lío) .
Así no duele comprar DVDs oficiales, la verdad…