Una cosa que he hecho durante este año sin escribir ha sido leer; y he leído una cantidad respetable de novelas de Warhammer 40.000.
Me acabé las novelas de Ciaphas Cain (tengo que seguir con la relectura blogueada que empecé, por cierto) y me puse a mirar si habría alguna novela más de la misma ambientación que me gustase.
(Eso ya habiendo leído las nueve de Cain, las tres de Calpurnia, dos de Adepta Sororitas y la antología de Fear the alien; cada novela me acercaba más al punto de «me he leído todo lo que hay que no va de Marines Espaciales»).
Encontré las novelas de Inquisidores que había escrito Mitchell antes de ponerse con el comisario Cain, que son bastante entretenidas pero entiendo por qué se quedó la trilogía coja; las dos trilogías de Eisenhorn y Ravenor de Abnett están relativamente bién también, aunque prefiero como escribe McNeill. La de momento trilogía ( al principio publicitada como duología, pero se ve que el hombre se lió) del Mechanicus que empezó con Priests of Mars me ha gustado especialmente. En algún momento entremedias intenté leer algo del comisario Yarrick, pero es un poco demasiado… demasiado.
He intentado la macro saga de Los fantasmas de Gaunt dos veces. La segunda vez empecé por Necrópolis, como recomendaban en un foro de WH40K, y duré dos novelas y media.
Ahí ya empezaba a quedarme sin novelas que no fuesen de marines así que me propuse leer un par, por si acaso no eran todas el festival de testosterona que suponía que eran.
Y voy y escojo Space Marine para empezar.
Y luego Lord of the Night.
(Ahora voy a parar un poco para que los que habéis leído las novelas dejéis de reiros de mí. Graciosetes, que sois unos graciosetes).
Al menos Lord of the Night la terminé, por aquello de que me parecía involuntariamente cómica. El caso es que sería una novela de cifi bastante apañada si no fuera porque el asesino depredador silencioso e invisible suelto por la megaciudad futurista oscura se supone que es este tio:
Os presento a Zso Sahaal, o como me dió por llamarle cariñosamente, Batcan. Este tio mide dos metros y pico, va metido en una armadura y lleva lo que viene siendo un jetpack en la chepa. Ahora quiero que os lo imaginéis haciendo cosas en plan Predator y atacando silenciosamente a sus víctimas.
Pues eso, comedia involuntaria. Y mira que llegaron a caerme bien los personajes, pero el detallito este me sacaba de la novela continuamente…
Luego me puse con las novelas de Ultramarines y las dejé en la tercera. No están especialmente mal escritas (a pesar de que Ventris te deja dudando de si lo suyo es «hacer lo correcto» o querer ser el perejil de todos los guisos), pero los marines del Caos como enemigos me aburren soberanamente. «Oh mirad, el suelo está hecho de gente, somos tan malos que vivimos dentro de una película gore». CLARO QUE SÍ CAMPEONES. Tomad una galleta, y un paquete de Kleenex para que Abbadon se seque la lagrimilla.
El caso es que me gusta la ambientación en general; es muy rollo 2000 AD, puede ser muy excesiva pero a la vez da para contar historias interesantes y se puede ir hacia el humor y el Rule of Cool sin problemas precisamente por lo excesivo que es todo.Me gusta el enfoque que le dan algunos autores (Mitchell, McNeill, Abnett a ratos, Farrer a ratos…), pero se me están acabando las novelas. Me queda esperar a que se vayan dando prisa en sacar novedades, y de paso ir desintoxicándome un poco y seguir leyendo alguna de las otras tres o cuatro novelas que tengo empezadas a la vez…